Con alegría y gran espíritu de fe, en su sencillez y ternura los niños y niñas del ciclo menor, visitaron el oratorio para conocerlo y descubrir así un espacio para la oración y el encuentro. Allí con la curiosidad que les caracteriza pusieron a prueba a Amanda, encargada de pastoral del colegio, con sus preguntas.

Sin embargo, grande fue también la alegría al descubrir, en la mayoría de ellos y ellas, como la fe ha sido transmitida y vivida por sus padres, madres y abuelas especialmente.

Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el Reino de los cielos es de quienes son como ellos». Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí. (Mt.19,14-15) ¡Muchas gracias a nuestros niños y niñas! Un gran saludo,

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